El campesino con esa mente pensante,
entre flores de loto color verde limón.
Dunas de cariño y reflejos de dos almas,
la traviesa y el astuto soñador...
A un lado un Cadillac negro y al otro tus ojos azabache desproporción...
Entre amagos de satisfacción, pasea descalza,
vestido azul y sonrisa provocación,
entre hierbas y el licor de su desafío,
aquella chica que retaba al campesino, casi al sol...
Al filo de la complicidad, su cuerpo se tumba en la turbia tierra seca,
su mirada disfrazaba aquel calor en tentación,
el polvo y su figura de Diosa, el chasqueo de mis dedos anunciando que somos dos.
El cabo de una cuerda juega a dibujar la sonrisa de sus labios,
la amplia ternura de su pelo, suavidad singular,
el parpadeo de su cuello sin saber que va a pasar...
Beso su boca, su sabor es un viaje enloquecedor,
recorro sus hombros bajo un estallido de seducción,
devoro aquellas interpretaciones pasadas,
dejándome llevar, abro los brazos
y ella se sube arrastrando la oportunidad hacia un mundo que se detiene.
Explota su cuerpo "infinito" en mi...